"Buscando sin buscar" Parte 5

... Después de divagar y darle muchas vueltas a el tema, Jennifer dijo algo que dejo a Teodoro inmóvil, "Estoy enferma Teodoro" dijo con palabras entrecortadas, Hace 8 meses, en aquellos días cuando extrañamente Jennifer se había ausentado del parque, recibió la noticia, tenia una extraña enfermedad que no tenía cura, los doctores le habían pronosticado 1 año de vida, ahora solo le quedaban 2 meses.

Los ojos de Jennifer y los de Teodoro se llenaron de lagrimas, se abrazaron, estuvieron abrazados por varios minutos, ambos lloraban, Teodoro no podía o más bien no quería creerlo. eran tan felices juntos, "¿Por qué la vida tiene que ser tan injusta?" se repetía en sus pensamientos.

Pasaron 4 meses hasta que Jennifer se puso grave, en esos 4 meses Teodoro trató de hacer de la vida de Jennifer la más maravillosa que puede existir, pero ahora Jennifer está postrada en una cama, su estado empeora a cada momento, pero Teodoro está ahí todo el tiempo con ella, todos los días se queda tomándola de la mano, ella le confesó que gracias a el tuvo la vida más feliz que pudo haber imaginado. Su vida está a punto de expirar, ella lo sabe, así que lentamente sacó un sobre de debajo de su sabana, puso el sobre en la mano de Teodoro y con su último aliento suspiro, "Te amo", comenzaron a sonar los aparatos del hospital, enfermeras y doctores entraban a donde estaban ellos, Teodoro veía todo esto en cámara lenta, una enfermera lo saco pronto de ahí, pasaron un par de minutos, el doctor salio cabizbajo, los oídos de Teodoro parecían tapados, no lograba escuchar nada solo veía la boca del doctor moverse de un lado a otro, volteó a ver a la madre de Jennifer, ella estaba llorando terrible, se sintió desmayar, apretaba con fuerzas sus puños, salio corriendo, no podía aguantar más tiempo en ese lugar, corrió hacía el único sitio que podía correr, iba rumbo al parque.

Al fin llegó, primero se dirigió hacía la banca de Jennifer, tan solitaria como siempre, acarició cada parte de está banca, recordando los días con ella, comenzó a llover, el fue lentamente a su banca, se soltó a llorar, pasaron así varías horas sin que Teodoro pudiera dejar de llorar, recordó la carta de Jennifer abrió su puño, extrañamente la carta no tenía un solo rasguño ni estaba mojada, el no la quería leer, estaba muy triste, confundido, se dirigió rápidamente a el lago, y con una lágrima en su  rostro la arrojó, quedo de rodillas en el mojado puente, lloraba como jamás en su vida había llorado, sintió una mano en su hombro y una voz varonil le dijo con cariño, "Levántate, hijo"...

Continuara...

"Buscando sin buscar" Parte 4


... Lo tomo de las manos, sus ojos brillaban, como ya hacía mucho tiempo no lo habían hecho, cerró sus ojos, Teodoro hizo lo mismo, se acercaban lentamente, parecía un sueño, Jennifer abrió sus ojos repentina y bruscamente, se alejó de Teodoro, negó la escena con su cabeza, como si quisiera olvidar lo que estuvo a punto de hacer, le dio un beso en la mejilla a Teodoro, como lo hizo aquella noche cuando la fue a dejar a su casa, y partió del parque.

Teodoro estaba congelado, el día estaba soleado, pero el sentía un escalofrió terrible que le recorría todo el cuerpo, "¿Qué habré hecho mal?" se decía, mientras seguía sentado en aquella banca. Salió del parque, iba rumbo a su casa cabizbajo, cuando llegó, su madre noto de inmediato que algo no estaba bien, le pregunto si le pasaba algo, Teodoro no respondió y se alejó rumbo a su cuarto, a su solitario cuarto. Teodoro no tiene padre, el falleció cuando apenas tenía 4 años.

Al día siguiente Teodoro fue a su banca, Jennifer no estaba en la suya, bajo la cabeza, pasaron unos minutos, sintió una presencia, era ella, se había ido a sentar a su lado, le pidió disculpas por no haberse despedido el día anterior, Teodoro acepto las disculpas, estaba a muy feliz de verla, se levantaron y caminaron por el parque, Jennifer lo tomo por el brazo repentinamente, Teodoro se sentía muy feliz, fueron a tomar un helado, a pasear por el parque, admiraban las flores, los árboles, en fin, todo el lugar.

Pasaron así 7 meses, eran una pareja muy feliz, aunque siempre en los ojos de Jennifer se notaba cierta tristeza, como la de aquel día en el que lloraba desconsoladamente, por fin después de mucho tiempo Teodoro le preguntó si algo tenía, Jennifer no quería contestar, pero veía en los ojos de Teodoro sus buenas intenciones, lo quería mucho, no quería mentirle y mucho menos herirlo, tenía que decirle que le sucedía, no podía ocultarlo más, así que se dispuso a contarle lo que le que le pasaba, si, eso que había hecho que llorara aquella noche, lo que la hizo alejarse de el en esa tarde cuando todo parecía mejorar, era tiempo de decírselo, se detuvieron, le dijo que era mejor que tomaran asiento, fueron a la banca de Jennifer, se sentaron, ambos respiraron profundamente, el nerviosismo se apoderaba del ambiente, había mucha tensión, se tomaron de las manos, se vieron fijamente, Jennifer iba a articular las primeras palabras...

Continuara ...

"Buscando sin buscar" Parte 3

Platicaron por horas, la lluvia cesó, Teodoro le contó sobre sus dibujos y sobre el tiempo que le dedicaba a aquella banca, claro que no le contó sobre que también la dibujaba a ella, que la había estado esperando por muchos días y lo preocupado que estaba por ella, no se lo dijo porque Teodoro es un chico tímido.

Casi oscurecía, Jennifer le dijo a Teodoro que se tenía que ir, Teodoro se ofreció a acompañarla hasta la puerta de su casa, Jennifer acepto gustosa. Salieron del parque, seguían platicando, Jennifer también estudiaba, estaba en 6° semestre de la carrera de Letras españolas, mientras que Teodoro estudiaba Arquitectura.

Caminaron despacio, como si no quisieran llegar, se sentaron a esperar el autobús, pasaron 3 de los autobuses que llevaban a la casa de Jennifer, pero ellos aún no querían irse, continuaban su charla, finalmente en el 4° autobús llegó la hora. Se subieron, se sentaron en la parte de atrás, ya había oscurecido por completo, era una noche fría pero el cielo estaba despejado, se podían apreciar perfectamente las estrellas, los dos observaban por la ventanilla aquel espectáculo que el cosmos les regalaba.

Llegaron a su destino, caminaron despacio hasta la entrada de su casa, se despidieron, Jennifer se inclino y le dio un beso en la mejilla, posteriormente lo abrazó. Teodoro estaba estático, no podía articular palabra alguna, estaba ruborizado, Jennifer entro a su casa, Teodoro emprendió el viaje a la suya. Caminaba en la noche, por las largas avenidas, no pensaba en nada, estaba en trance, una sonrisa  marcaba totalmente su rostro, llegó a casa y durmió como hace ya mucho tiempo no lo hacía.

Amaneció, Teodoro fue a la escuela impaciente, de nuevo veía el reloj esperando la hora de salida, está vez estaba nervioso y emocionado, ya no era como aquella vez en la que la preocupación lo embargaba, aquella ocasión en la que casi es arrollado por el autobús que lo lleva diariamente a su casa, dio la hora de salida, salio a toda prisa hacía aquel parque, está vez no se dirigía a su banca de siempre, está vez iba a el otro lado del puente, ahí donde ella solía estar, cruzó el dichoso puente y ahí estaba, ella de inmediato sonrió al verle, se sentó a su lado, le dio una rosa que había cortado en el parque, ella se sonrojo, la tomo, cerro sus ojos, sintió su textura lentamente sobre su mejilla, después la olió, la dejo sobre su regazo, lo vio a los ojos...

Continuara...

"Buscando sin buscar" Parte 2


Teodoro desilusionado por la creencia de que jamás la vería de nuevo, camino a su banca como todos los días, mientras iba en camino pisaba las hojas secas que habían caído de los arboles a causa del viento, ya no llevaba su cuaderno en el que tantos dibujos había plasmado, su cabello iba muy desordenado, tenia ojeras a causa de los desvelos, el día era gris, un día muy gris.

Se sentó indiferente en aquella banca sin levantar la vista, solo quería llorar, pasaron escasos minutos cuando le cayó una gota en su mano, esto provoco que levantara la vista y para su sorpresa ahí estaba ella, ahí estaba del otro lado del pequeño lago sentada en su banca, al principio se le dibujó una sonrisa en su rostro que en  escasos segundos se desapareció, no era ella misma, no era aquella joven del cabello lacio y sedoso, la de los ojos bellos, la de la belleza que resaltaba con el sol, había algo diferente, sus ojos estaban tristes, no tenía su sonrisa de siempre, sus ojos bellos tenían lagrimas, lloraba, lloraba desconsoladamente.

Al ver esta estampa desgarradora Teodoro se dispuso a ir con ella, tenía el cabello desordenado, ojeras a causa de las desveladas, pero no le importo se levantó de aquella banca a la que iba siempre y fue. Cruzó el puente que pasaba por encima del pequeño lago, aquel puente en el que un señor siempre va a lanzar una moneda, quizás para pedir un deseo, lo cruzó y al fin llegó donde la joven yacía llorando.

El solo se quedo parado frente a su banca, la tormenta se desató, la joven no había notado su presencia, el levemente le toco el hombro, bruscamente ella volteo, al principio desconcertada pero después reconoció que era aquel joven, si aquel que se sentaba siempre en la misma banca y que dibujaba los paisajes del parque y a la gente, Teodoro pensó en que decirle tenía su mente en blanco, "Hola" alcanzó a decir con voz suave, "Hola" respondió ella amablemente, "¿Te puedo ayudar en algo?" hubo un breve silencio, "No gracias estoy bien" ella bajó la cabeza, Teodoro no alcanzaba a procesar que debía decir, era un joven tímido, se sentó junto a ella, ella se volteo para secar sus lagrimas y después lo vio a los ojos. 
-Entiendo que quizás no me tengas confianza. ¿Porque no comenzamos por conocernos? Hola me llamo Teodoro. -Yo me llamo Jennifer.

Se extendieron la mano, Jennifer le dio una leve sonrisa, dentro de ella seguía triste pero la sonrisa que le brindó a Teodoro era la más sincera que podía existir, se podía leer en sus ojos, en esos bellos ojos que Teodoro dibujaba todos los días.

Continuara...